Pedro Beteta López
Mirarán al que traspasaron
Sencilla senda para cobijarse en las llagas de Cristo, siguiendo el ejemplo del apóstol Tomás. La contemplación del crucificado es un excelente modo de crecer en amor y arrepentimiento.
-Durante siglos el pueblo cristiano ha contemplado a Jesucristo en la Cruz, buscando crecer en amor y arrepentimiento. El mismo Jesucristo animó a Tomás a meter los dedos en sus llagas, y creer.
Este consejo, seguido por muchos santos, no siempre ha resultado fácil. Por ese motivo, el autor ofrece en este libro una sencilla senda para cobijarse en esas heridas. Después, cada persona encontrará su modo propio de crecer en amor a Dios.
En la Misa presenciamos el momento culminante de esa contemplación. A ella está dedicado el último capítulo del libro pues, como escribió Juan Pablo II, «este sacrificio es tan decisivo para la salvación del género humano, que Jesucristo lo ha realizado y ha vuelto al Padre sólo después de habernos dejado el medio para participar de él, como si hubiéramos estado presentes» ( Ecclesia de Eucharistia, n. 11).
Pedro Beteta López nació en Madrid y es doctor en Bioquímica y en Teología. Fue ordenado sacerdote por Juan Pablo II en Roma, en 1982. Durante ese Pontificado estudió a fondo las enseñanzas del Papa, sobre las que publicó numerosos títulos. Ha escrito varios libros de espiritualidad como Hijos de Dios, o San José y la unidad de vida, y ha publicado en Rialp Una visita de Dios y El Evangelio de los niños.
Ha desarrollado su trabajo pastoral entre universitarios, padres de familia y alumnos de diversos colegios de inspiración cristiana.