Rafael Domingo Oslé , Gonzalo Rodríguez-Fraile
Espiritualizarse
Para alcanzar la deseada paz en nuestra sociedad, los seres humanos debemos espiritualizarnos. Espiritualizarse significa verse desde las profundidades del alma, y enraizarse allí para siempre.
Los autores contraponen dos formas radicalmente opuestas de comprender la realidad y vivir la vida: una centrada en el ego; otra, en el alma. La primera es fuente permanente de conflictos individuales y colectivos. La segunda constituye un remanso de paz individual y armonía social.
Los autores sostienen que, para alcanzar la deseada paz en nuestra sociedad, los seres humanos debemos espiritualizarnos. Espiritualizarse significa verse desde las profundidades del ser humano, es decir, desde el alma, y enraizarse allí para siempre. Exige, primero, perfeccionar y, luego, trascender el ego. Desde el alma, la vida alcanza su plenitud y se comprende por qué todo cuanto sucede es lo mejor para nuestro propio desarrollo personal. Entonces, y solo entonces, la paz deviene imperturbable.
La espiritualidad afecta a todos los ámbitos de la vida humana, desde el modo de vivir en familia o tratar a una persona, hasta la manera de resolver un conflicto mediático o gestionar una empresa multinacional. La física cuántica, la inteligencia artificial, la epigenética y la antropología, entre otras ciencias, nos están mostrando la multidimensionalidad del ser humano y del universo, y su necesaria interconectividad. A la espiritualidad corresponde dar pleno sentido y unidad a la realidad, integrando y transcendiendo el mundo de la materia.